15 días de huelga indefinida y ninguna respuesta de la empresa. Somos 400 familias en la calle por culpa de la prepotencia de Belmont Cassinelli, que responde como un sonsonete todo este tiempo: “no negociamos con huelga”. Lo mismo decía antes de la huelga: “no hay nada, hagan su huelga si quieren”. 

La nueva respuesta patronal llegó recién ahora, pero no la que esperamos los trabajadores y nuestras familias sino en la misma línea tozuda e intransigente que caracteriza a este grupo empresarial: ha procedido a despedir a 4 trabajadores que vienen acatando nuestra huelga, como un primer zarpazo porque amenazan con despedir a más trabajadores, en un intento por aplastar nuestra huelga. En lugar de solución, más leña al fuego.  

Celima, además, ha cursado 15 cartas de predespido y 200 con amenazas de despido a trabajadores que arbitraria y unilateralmente ha colocado como “puestos indispensables” en un burdo intento por impedir que ejerzamos nuestro derecho de huelga. Y todo esto, despidos y amenazas por doquier, pese a que nuestra huelga es legal, porque la prepotencia de la empresa se extiende y rebaza a la propia autoridad de Trabajo.

El envalentonamiento de la empresa que amparado en su poder económico pretende hacer tabla rasa de la leyes y el derecho, la lleva a declarar públicamente su intento de judicializar la legalidad de nuestra huelga para poder aplicar despidos por “falta injustificada” a los que venimos acatando la presente huelga. En la misma línea de conducta, la empresa también se burla de la Autoridad e Trabajo al negarse o no dar facilidades para las Inspecciones Laborales que ella está obligada a realizar ante la huelga, intentando ocultar los accidentes de trabajo que se vienen produciendo por su forzado intento de sostener la producción con personal improvisado.

Al mismo tiempo que cierra toda negociación, despide, amenaza con más despidos y se burla de la Autoridad, desde las oficinas del Sr. Belmont se llama por teléfono a los trabajadores para que retornen al trabajo ofreciéndoles perdón y algunas migajas, en un intento por quebrar nuestra huelga.

Belmont se equivoca. Su prepotencia y abusos no nos asustan, sino nos hermanan y nos unifican más. Sus invitaciones indignas son una ofensa a nuestra moral porque no vamos a renunciar a nuestros derechos por un par de lentejas, ni por tres, ni por cuatro. Se equivoca porque nuestra moral no es miserable y rastrera como la que destila su conducta, porque más allá de centavos lo que reclamamos es trato digno y respeto a nuestros derechos, correspondientes con nuestro lugar en el engrandecimiento de su conglomerado empresarial.

Basta señor Belmont Cassinelli. Basta de despidos, respete el trabajo que es un derecho humano que ampara la ley y la Constitución. Desde que fundamos nuestro Sindicato Belmont ha echado a la calle a más de 300 trabajadores de manera injustificada, lo que se ha demostrado en la reposición de los trabajadores que han podido sostener largos y costosos juicios.

Basta señor Belmont de violentar la libertad sindical: respete nuestro derecho a huelga, que es legal. Respete la sindicalización y ponga fin a su pretensión de liquidar al Sindicato burlándose de la ley. Respete la negociación colectiva y resuelva nuestras demandas con las gigantescas ganancias que genera nuestro trabajo y no pretenda que vivamos indignamente con premios, bonos, menús y trabajando días feriados.

Basta de prepotencia, abusos, agresiones y conductas despóticas; dialogue, tenga una conducta civilizada con los trabajadores que somos seres humanos y que contribuimos de manera decisiva al engrandecimiento de su emporio empresarial.

Los trabajadores de Celima vamos a continuar en huelga por culpa de la empresa, esta vez, demandando la reposición de nuestros compañeros injustamente despedidos y el retiro de todas las cartas con las que amenaza seguir echando trabajadores.

Nuestro sindicato ha elevado esta denuncia a la CONFIEP, la OIT, el Congreso de la República y al mismo Presidente Ollanta Humala, demandando de ellos su pronunciamiento inmediato ante semejantes abusos y atropellos.

Agradecemos las muestras de solidaridad que nos vienen haciendo llegar múltiples organizaciones sindicales y populares, incluso de otros países, y los pronunciamientos de los congresistas Yhony Lescano, Yehude Simons, Verónica Mendoza, entre otros.

David Cochachin. Secretario General. Cel. 992463095. Estamos en Faccebook: Sindicato Celima